martes, 13 de octubre de 2009

El desenfado de un pintor limeño

A don Guillermo Lam Almonacid



PANCHO FIERRO PALAS. ARCHIVO COURRET

Don Francisco Fierro
(1807 – 1879)


Nada compendia a cabalidad el sabor provinciano e histórico de la vieja Lima, aquella del ocaso colonial y los albores de la república, que las acuarelas que dejó don Francisco Fierro Palas, pintor y caricaturista mulato, nacido a principios del S. XIX en la ciudad de los picarones, la tizana, la mixtura, la revolución caliente, la mazamorra y los anticuchos.

Aquí, algunas de las más representativas:

Jinete mulato; acuarela


Vendedora de pescado; acuarela

En las dos primeras décadas de su existencia, tenía pintada el autodidacta Fierro la constante de una vida citadina en la que los esclavos negros, mulatos o zambos menudeaban, ora en las chacras, ora en los establos; servidumbre y peonaje en general, sea como lustrosos e impecables aurigas o palafreneros de los señoriales coches de los títulos de Castilla, o como vendedores ambulantes que voceaban pegajosos pregones o formaban los regimientos de la caballería colonial, más tarde republicana. Era un pintor de costumbres.

Hacendado, acuarela sobre papel



Amanuense; acuarela

Pero su pincel, repetimos, apuntaba gracioso no exento de picardía, a sacerdotes, amanuenses, médicos, letrados, militares y cuanto personaje y oficio de gremio habitaba Lima. Cuadros aquellos, en especial acuarelas, de las festividades religiosas a los que tan propenso y nutrido se mostraba el calendario nacional; los cánones del vestir y de costumbres que si no llegan a la fidelidad académica de un Rugendas o un Angrand -testigos excepcionales de la época- muestran lo folklórico y sandunguero, con maestría y desenfado, detalle que escapó a los celebrados pintores europeos ya que en el magín de nuestro artista este detalle le era consustancial y lo trasladaba con felicidad en sus limeñísimos personajes; también estaban los indios o naturales, que en número y oficio moraban en la bullente y abigarrada urbe. Con él se reconstruye un tramo importante y colorido de la historia nacional.




Diversos momentos de la zamacueca o mozamala en modo decente, ya que por su marcada sensualidad este baile de origen negro estuvo prohibido en las primeras etapas coloniales

Testigo, desde la épocas del virrey de La Pezuela, de las germinales luchas por la independencia, lo fue también de la llegada de las tropas de San Martín, en la que un regimiento era de pardos; o las que después trajo Bolívar donde la gente de su raza menudeaba, hasta avanzados los primeros meses de la guerra con Chile, la impronta de su orgulloso y festivo timbre es la característica del artista, quien apunta adusta y solemne la figura o la exhibe pícara cuando así lo desea; entonces basta contemplar los gestos de sus personajes y los de las cabalgaduras, en especial los asnos, que parecen sonreír o mofarse de las circunstancias…

Carnavales, talco y jeringa; acuarela sobre papel

El mismo había nacido liberto o manumiso por razones de las que no hemos indagado aún, hijo de Nicolás Fierro, blanco de origen y de Carmen Palas, negra de nacimiento, pero conocido dueño de su hábil oficio tenía acceso a toda clase social, lo que deja en claro su gran aceptación. Como correspondía a su gremio abrió atelier en una calle principal de la ciudad. ¡Y no se diga quién era quién!

Lechera; acuarela sobre papel

Según sus estudiosos, Francisco aprendió a pintar por vocación pero también por necesidad. Tampoco sabía leer y escribir, asuntos estos que no lo excluyen de catalogar como el célebre pintor costumbrista del XIX. Por ello no firmaba sus obras, ni falta que le hubiera hecho, habida cuenta de la nula competencia que tenía; se estima que llego a captar más de 1200 escenas de la vida limeña, con sus singulares personajes y oficios; ceremonias religiosas y festividades de costumbre; letreros y carteles de toros.

Doctor de negritos, acuarela

Naturalmente que esta producción pictórica no fue ajena al escritor don Ricardo Palma, de quien se conoce haber adquirido una colección y con toda seguridad muchas de cuyas tradiciones limeñas tienen por referencia a nuestro biografiado artista. Donada por la familia, se mantiene ahora en el Museo de Arte de la capital.

Yerbatero; acuarela

El pintor francés Leonce Angrand, quien visitó Lima en pleno siglo XIX y produjo una memorable obra sobre tipos y costumbres, adquirió pinturas del artista peruano. También un importante número de acuarelas se hallan en el museo de etnografía de Leningrado y otro tanto se conserva en la Hispanic Society de Nueva York. Es un lujo poseer un original, pero las copias menudean y las hemos tomado de Internet. Su fama ahora traspasa los umbrales del Perú.

El bandolero Escobar, acuarela

Su deceso fue noticia, que El Comercio de Lima, un triste día del mes de la patria en 1879, como es natural, habría de producir consternación general y congoja en su hogar.

La criolla, acuarela sobre papel




Fuentes

Wikipedia


Internet

Grabados del Banco Central de Reserva del Perú y del Museo de Arte

Diversos otros de procedencia por Internet